¿POR QUÉ APARECE EL TRASTORNO ALIMENTARIO?

Las causas son múltiples y variadas:

En la actualidad se ha disparado la incidencia de trastornos alimentarios debido a la influencia de los estereotipos sociales y culturales. El ideal de belleza basado en la delgadez, sobre todo dirigido a la mujer, está muy vigente en las sociedades occidentales. La tendencia de las últimas décadas ha avanzado hacia una delgadez cada vez mayor, sin importar en absoluto la salud de la persona. Se busca la delgadez, a cualquier coste, da igual si la persona enferma psíquica o físicamente, da lo mismo si pierde trabajo, relaciones o incluso a su familia, todo es válido con tal de responder a los cánones de esbeltez impuestos masivamente por la industria de la moda en Occidente.

Los adolescentes y adultos jóvenes son el grupo de edad más predispuesto a padecer esta enfermedad, que ataca especialmente a mujeres, sobre todo si hay factores de inseguridad personal. Estadísticamente, el ser el menor o la menor de los hermanos, o ser hija o hijo único, aumenta el riesgo de padecer un trastorno alimentario.

Las dietas suelen un elemento disparador del trastorn alimentario. Casi todas las personas que lo padecen han emprendido algún tipo de dieta en el pasado. En muchas ocasiones, se han seguido múltiples y variopintas dietas y el cuerpo y la mente han estado sometidos a muchas fluctuaciones. La mayoría de las dietas hipocalóricas, y más si buscan una veloz reducción de peso, tienen un efecto rebote, recuperándose rápidamente el peso perdido con algunos kilos "de regalo".

El estrés, la ansiedad, las dificultades psicológicas en general, predisponen a que una persona exteriorice estos problemas en su relación con la comida. La insatisfacción personal, los problemas de identidad, la baja autoestima y el miedo a crecer o a madurar, suelen estar en la base de la mayoría de los problemas con la conducta alimentaria.

También existe una predisposición familiar: Si en nuestra familia hay uno o varios miembros con gran preocupación por el peso o la figura, o que emprenden dietas continuamente, o que padecen un trastorno alimentario, hay mayor probabilidad de que desarrollemos un trastorno de la conducta alimentaria. Sobre todo si son figuras de referencia como padres, en especial la madre, y también hermanos o hermanas mayores. El que haya dificultades psicológicas graves en nuestra familia, o miembros con trastornos mentales de importancia, también predispone a que exterioricemos nuestro malestar mediante un trastorno de la alimentación. Por eso es tan importante que los problemas mentales tengan un adecuado tratamiento.